A eso de las 8.30 de la noche lo recogí cerca a su casa después de proponerle dar una vuelta en mi carro para hablar y jalarnos la verga rico.
-veámonos un rato y nos hacemos una paja en el carro- le dije
Era algo de lo que ya habíamos hablado en otras ocasiones, pero que hasta ahora no se había dado.
-suena bien ¿cómo es la vaina?- replicó
Le expliqué que nos encontráramos, habláramos mientras dábamos vuelta en el carro y si nos antojabamos parquearíamos en cualquier oscurito y ahí nos jalaríamos las vergas.
Su respuesta fue puntual -¿dónde nos vemos?-
Acordamos el sitio y 10 minutos después ya estábamos hablando en mi carro.
Yo iba vestido de un short que me permitía sacarme la verga mientras iba manejando. De hecho, cuando él se subió al carro yo ya la tenía afuera y medio mojada de todo el morbo que eso me estaba produciendo. No sé si él lo notó, pero para ese entonces ya yo estaba más baboso que sábila recién cortada.
-Entonces, ¿te gustó el relato del paisa?- le pregunté
Con una reacción muy sexual contestó -joda, me hice la paja leyéndolo. Estuvo muy bueno.-
-léelo ahora, léemelo- le dije
Y mientras él leía el relato la verga se me mojaba más y más al tiempo que íbamos haciendo comentarios de lo ahí descrito. Sobretodo por la manera tan perramente morbosa como él lo leía.
Yo me acariciaba la cabeza de la verga con los dedos y esa sensación me producía más arrechera de la que ya tenía. De repente le dije -mira como la llevo. Toda babosa, a mi me babea bastante -
y él la miró en tanto respondía -ufff yo la tengo dura- agarrándose el bulto que todavía tenía guardado.
-sacala- dije con un tono insinuante.
-marica, si me la saco me dan ganas de pajearme- respondió.
Le dije que se pajeara ya que esa era la idea. Yo iba manejando y con la verga lubricando.
Ya con ganas de sentirme manoseado, agarré su mano y la puse en mi verga y él empezó a pajearme. MI VERGA empezó a cambiar de tamaño, no lograba ponerse dura del todo, pero la forma como me la agarraba y masajeaba de arriba hacia abajo, me daba una sensación de mamada por todo lo lubricada que estaba. Con una mano tenía agarrada mi verga, y con la otra la de él. Lo ayudé agarrándole la suya después que él dijera que estaba full arrecho, y en verdad que lo estaba porque su pene estaba muy duro. Se lo agarré por primera vez mientras él seguía pajeando el mio, y yo gemía por la sensación que me causaba. Es una verga morena y de bastante grosor que yo pajeaba al mismo tiempo que iba manejando. Los carros nos pasaban por al lado, pero no temíamos a ser vistos. Eso era parte de la excitación. POR un momento le dije que dejara de pajearme pues no podía controlar la sensación que me causaba tanta humedad junta frotada con su mano. Él en cambio siguió pajeándose muy fuerte hasta que llegamos al sitio.
Nos parqueamos en la parte más oscura del Malecón y notamos otro par de vehículos que estaban parqueados a escasos metros. Empezamos a jalarnos las vergas con tantas ganas que la arrechera empezó a hacerme TIQUI TAQUI en la cabeza. Le pregunté -¿quieres que te relate algo como si lo estuviéramos viviendo ahora?- su cara de éxtasis, mirando mi verga, a penas le permitió asentir con la cabeza. Empecé a contarle una historia construida en el momento al compás de mis gemidos. Él no paraba de mirarme, y a ratos me la agarraba y la pajeaba. Yo seguía relatandole lo que supuestamente estábamos haciendo. "... entonces el man se asomó y yo bajé la ventana. Nos quedó mirando con las vergas afueras y le pregunté si quería chuparlas. Él, mirando las dos vergas con ganas, respondió que también era activo. Le dije que solo las chuparía para que no se quedara con las ganas..." seguía pajeandome, gimiendo y relatando con un tono de voz que demarcaba la situación aparentemente ocurriendo. "...¿entonces? súbete y te pegas en estos teteros. Hay de Vainilla y Chocolate para que te los goces los dos.." al mismo tiempo apretaba mi verga bastante babosa y la pajeaba con fuerza. Mi compañero de esta aventura seguía mirándome muy excitado en tanto yo relataba y me pajeaba con ganas. Me miraba fijamente a los ojos y luego bajaba a mi verga. Continué con el relato "...el man se subió al carro y acomodado desde la parte de atrás y entre las dos sillas de adelante trató de chuparte la verga a ti primero, pero tú le dijiste que empezara conmigo porque querías ver primero. Así que él se acomodó hacia mi lado y de un solo golpe se tragó mi verga babosa mientras tanto él como yo gemíamos de placer. Luego, tú lo cogiste por la cabeza y lo pusiste a chupar, él la agarro y empezó a mamar la cabeza, pero yo lo cogí por el cuello e hice que se la tragara toda. Él intentaba salir pero yo lo seguía presionando y no lo dejaba liberarse..." En tanto yo iba narrando el fantasioso corto del otro man, mi amigo y yo seguíamos pajeandonos duro y con ganas de una verdadera mamada. Al ver su cara de excitación y sus miradas frecuentes a mi verga. Le dije que actuara él como el man que supuestamente nos las estaba chupando. Él miró mi verga, se quedó pensando y miró hacia afuera. Yo le insistí que estaba bastante babosa, que la probara y sería como si el otro chico nos la estuviera comiendo. Él replicó -el man te la estaba chupando y tú gemías muy fuerte.-
-¿quieres que gima como si en verdad me la estuvieran chupando?- pregunté
Su respuesta fue concisa con su mirada e inmediatamente se soltó el cinturón y le hizo una venia a mi verga. Se la tragó toda como supuestamente lo había hecho el man de la fantasía que yo estaba relatando. Yo empecé a gemir más fuerte como él quería, lo agarré por la cabeza y empecé a mover mi pelvis para culiarme su boquita suavemente; prontamente se subió y siguió pajeándose. Yo lo imitaba, pero esta vez gimiendo y diciendo cosas que lo excitaran más -ay que rico que me la mamen toda, que se traguen mi baba, que se peguen a chupar tetero hasta el fondo y no la saquen." me pajeaba con tantas ganas que mi rostro manifestaba mi placer. Él me miraba sorprendido y excitado. Insistí con el relato que ahora se estaba volviendo realidad -hey ese man si la chupa bacano. Me dejó con ganas de más. Me la dejó toda babosa y más dura. Mira la cabeza como la tengo, se quiere explotar- y le mostraba la cabeza de mi verga agarrándola por el tronco y exprimiéndola, también le daba golpes en la otra mano. Él también estaba muy excitado y lubricado. Le agarré la verga y sentí como la tenía tan dura como mojada. Jugué con ella y con su humedad con mi mano. Se la apretaba fuertemente.
-Sigue chupando- le dije y continué "...el man siguió comiéndose mi verga con muchas ganas. Me la chupaba hasta el fondo..." Él no se aguantó y volvió a inclinarse, pero esta vez chupando con más ganas. Se la tragaba toda y yo le decía que siguiera y no la sacara. Lo agarré por el cuello y empecé a hacerle el amor a su boca (digo el amor porque lo estaba haciendo suavecito). Estábamos muy excitados que tuve la sensación de terminar. Le dije que la sacara que estaba que me llegaba y tenía la leche en la punta de la verga. Siguió y me la chupó con más fuerza. Yo no aguanté. Él, concentrado en la cabeza, siguió chupándola hasta que sentí como la leche me salía de la verga y encontraba un nuevo hogar en su boca. Yo seguía gimiendo muy fuerte como usualmente hago cuando aterrizo. Pero esta vez era diferente, la manera particular como lo hizo enfocándose solo en la cabeza, en parte para no tragársela, hizo que todo el placer estuviera donde más sensible somos, el glande. Aterricé como un avión después de turbulencias. Celebrando su éxito que en este caso era fascinación. Abrió la puerta y botó a los hijos que ya no tendría. Siguió pajeándose al compás de mis últimos suspiros y palabras. Al cabo de nada y después de darse más rápido impuso sus gemidos sobre los míos y aterrizó en su abdomen. Toda la leche derramada había cambiado el color de su sombra de tanto blanco derramado. Suspiró y me dijo que le había gustado. Usamos papel para limpiarnos. Y nos fuimos a casa con la satisfacción de la leche derramada.