Desde la primera vez que llegó a averiguar por la habitación que estaba en renta supe que tenía que culiarmelo. Es un caramelito que tiene alrededor de 24 años y que tiene en su cara la constante arrechera con la que vive. Se mudó a mi apartamento y ha demostrado ser muy amigable, tan amigable que terminamos haciendo lo que desde un principio deseé. El primer encuentro, y del cuál hablaré se dio en uno de esos tantos días en los que la amada selección de nuestro país estaba jugando. Antes, durante la convivencia, nada había pasado; una que otra mirada y conversación que nada tenía que ver con nuestro encuentro sexual. A los dos nos encanta andar en ropa interior cuando estamos en casa y así nos sentíamos libres a unas escasas tres semanas de estar viviendo juntos. Desde entonces lo miraba de pies a cabeza y con deseo, especialmente en esa espalda algo definida y su culo que me hacían desear recostar le mi verga recién levantado para que la sintiera y se antojara; sin embargo, me limitaba hasta que no viera la tan anhelada luz verde. Confieso que en más de una ocasión me pajIé pensando en él y hasta me salí de mi cuarto y me asomé al suyo viéndolo dormir mientras me la jalaba con la misma fuerza con la que deseaba hundirsela en ese culo.
Ese día, del antes mencionado partido de fútbol contra los vecinos, me preguntó que dónde me lo iba a ver. Le respondí que no tenía ningún plan, me invitó a que lo viera con él, pero honestamente no estaba de ganas y le dije que antes que comenzara el partido iba a salir a comprar un aceite. Me preguntó que tipo de aceite y para qué y le conté de mis masajes; a lo que se mostró interesado y me dijo que a él le gustaban esas cosas.
Ya en la noche cuando nos volvimos a ver, ambos caminando de un lado para el otro en el apartamento y en pocas prendas, me dijo que tenía un dolor en la espalda que hace días se sentía así y que le dolía mucho. Inocentemente le ofrecí mi masaje y aceptó sin tanto que decir. Algo dentro de mi empezó a moverse y a pensar cosas que eran o no, a desear que esto pasara y a bajarme esa sensación que llega cuando tienes ganas de plantar tu verga en un culo que deseas.
Lo invité a mi cuarto e inmediatamente acomodé las sábanas y todo para hacerle el masaje con toda. Él se lo iba a estrenar y yo más que contento por eso. Sin embargo, me di cuenta que tenía una pantaloneta. le dije que se la quitara y me dijo que no con aquella seriedad como queriendo mostrar convicción de que sólo era el masaje lo que quería. Repliqué que sólo era para su comodidad y aún así no se la quiso quitar. Lo cual me retó a trabajar más en provocarle deseo a ese culo. Todo era porque, como ya él antes me lo había manifestado, teníamos el mismo rol y sabía que se exponía a que le abriera su ano cerrado.
Empecé el masaje, él mismo me indicó en varias ocasiones en que partes de la espalda sentía más dolor y ahí le hice énfasis. Cuando ya vi que estaba relajado después de un largo rato y su dolor parecía aliviado empece a tocar partes que sé son bastante sensibles a las caricias. Le masajeaba la parte de atrás del cuello con una mano y con la otra le sobaba la espalda, la cintura y parte de su abdomen en los oblicuos, todo esto con movimientos continuos, pero el cuello en especial se lo apretaba suavemente y podía ver su cara plácida mientras se relajaba con los ojos cerrados. Yo estaba sobre él en su trasero y ya con la verga a mil sólo podía recostarla sobre la pantaloneta sin recibir ningún rechazo, si no por el contrario, satisfacción total expresada en su boca semiabierta.
Lo seguía tocando, masajeando, apretando y además bajando cada vez más hasta la gloria de sus nalguitas morenas; aplicaba más aceite y poco a poco fui bajando la pantaloneta que antes sólo me dejaba ver el inicio de tal gloria; finalmente se las estaba conociendo. Son lindas, redonditas, no protuberantes, pero si muy provocativas. O sería más bien las ganas que le tenía. Empecé a masajearle las nalgas, sobretodo en aquellas partes que cuando se las tocaba sentía que le gustaba por sus suspiros a medias y por su complacida postura. La verga estaba que se me salía del bóxer ya mojado y no por el aceite usado si no de tanto lubricar de placer. En tanto le continuaba haciendo el masaje, lo tocaba con morbo, el tono fue cambiando rotundamente a lo que venía pasando desde que fui bajando de su espalda. Ahora concentrado en sus nalgas, pero aún así volviendo de vez en cuando a su parte posterior fui metiendo mis dedos empapados de aceite entre ellas como buscando su culito que se sentía suavecito, pasaba la yema de mis dedos sobre éste y sentía palpitar mi verga que estaba sobre una de sus piernas al ver su reacción levantando la espalda cuando yo acariciaba con mis dedos su orificio anal. Estábamos muy excitados, él por todo lo que yo le hacía y yo por ver sus reacciones de placer. Eso es lo que más me excita de tener sexo, poder ver como lo disfrutan.
Hasta entonces solo le acariciaba el ano, no había introducido ningún dedo porque esperaba su respuesta, todo era paso por paso, tal como un experimento esperando por cada reacción. Saqué mi verga por un lado del bóxer y la empapé de aceite, de igual forma apliqué más aceite en su culo y empecé a sobarla a lo largo de su culo. No hacía intentos de penetrarlo porque seguía a la espera de cada semáforo en verde. Volvía con los dedos y seguía dilatándolo, a estas alturas ya podía sentir como había cambiado, se palpaba más suave y fácil de penetrar que al principio, seguía jugando con mis manos alrededor de su cintura pasando por el abdomen donde le sobaba la pelvis y notaba la erección de su verga, de igual forma lo hacía cuando tocaba su culo y bajaba por todo el periné hasta llegar a sus huevos. Cogí mi verga y la pasaba por su culo como pintándolo de tanta lubricación que tenía y fue quizás el momento en el que más placer sentí por ver como él lo disfrutaba tanto como yo.
No me aguanté más e intenté jugar con mis deditos dentro de su culo, los mojé de bastante aceite y empecé acariciándolo para luego introducirlo, sin embargo, cuando empecé a hundirlo vi que no le agradó y se quejó un poco, intenté una vez más siendo más prolongado en las caricias y su reacción fue la misma. Me incliné hacia su cuerpo una vez más y empecé a pasarle la verga que estaba seguro eso le gustaba más, lo cuál es típico, prefieren una verga a un dedito. Empecé ya no a darle brocha si no a puntearlo suavemente, lo más suave que nunca había hecho, y vi que le gustaba, no obstante no me atrevía a enterrarsela aún. Dejé caer todo mi cuerpo sobre él con mis brazos sobre su espalda para que sintiera todo mi peso, y me decidí a entrar por esa puerta estrecha; empecé a empujar mi verga en su culito que ya me estaba dando permiso de entrar y sentí como algo allá abajo empezaba a abrirse, nunca antes fui tan paciente, nunca antes lo hice con tanto cuidado, era como si me lo fuera a culiar estando él dormido porque así era como parecía estar allí tendido sobre mi cama boca abajo y como un bebé. El roce de mi verga pidiendo vía y su culito bastante mojado hacían conexión con mi cuerpo sobre el suyo y sus suspiros suaves de placer. FUE un momento de placer donde mis movimientos de pelvis eran muy delicados pues no quería maltratarlo, lastimarlo, ya que a pesar de tanto placer aún podía sentir su prevención.
Luego de una pausa intenté meter más que la punta, y ya los roces pasaban al nivel de abrir ese culo para dejar entrar la cabeza de mi verga empujada por mi cuerpo arrecho, Sin embargo, cuando él sintió que iba para adentro, se quejó y me decía que "ya ya" empecé otra vez a jugar como antes con los dedos, la brocha y a repetir lo que le había gustado con tal que no me parara, Volví a su culo con mi verga decidida a entrar y esta vez se la puse en el culo y empecé a hundirsela enseguida, pero fue inútil porque cuando sintió que la cabeza estaba adentro y el resto entrando, se levantó quejándose y diciendo que ya ya ya estaba bueno, le dije que siguiéramos, pero se fue a cuarto, se encerró y me dejó con mi arrechera a mil.
A los dos días en la noche me dijo lo mismo que le dolía la espalda, le dije con una sonrisa seria de mi masaje, que lo esperaba en el cuarto. Empecé con el mismo ritual, hice los mismos masajes, jugué con su culo, pero esta vez si estaba seguro de que me lo iba a merendar. Ya después de haberlo dilatado con tanto sobo, masaje y recostada de verga, empecé con la brocha y escuchaba lo que más me arrechaba; sus suspiros suaves; Puse mi verga en su culo y en esta ocasión no fui tan considerado. Sin embargo si disfruté ese roce increíble de su culo con la punta de mi verga y me deleité casi que como nunca antes con mi cuerpo semi-inclinado sobre el suyo, le abrí aún más sus piernas con las mias, mis brazos estaban sobre su espalda para evitar que se levantara, aunque en esta ocasión no hubo mucho intento de tal cosa. Fui entrando poco a poco, la cabeza de mi verga ya estaba adentro, él suspiraba, yo respiraba suave, el se deleitaba, yo empujaba la verga suavemente hasta que estuvo toda incrustada en ese culo que hasta ahora es el que más me ha costado. Le hablé al oído diciéndole que se calmara, que ya había entrado toda para que se relajara. Él solo asentía con un respiro suave que indicaba tal vez dolor y placer. Seguí con mis movimientos suaves de entrada y salida y el se levantó un poco para agarrarse su verga y masturbarse mientras yo lo penetraba. Aumenté la velocidad en tanto sentí que ya aguantaba más hasta que sus suspiros de placer y su culito apretandome me indicaron que ya él quería aterrizar, entonces las revoluciones de culiada se incrementaron y sentí cómo él aterrizó en su mano y en parte de la sábana al mismo tiempo que yo con mi cuerpo sobre el suyo logré descargarme con mis típicos sonidos y movimientos unos segundos después.
Me retiré de él y así mismo él de mi cuarto, nos encerramos sin vernos las caras hasta el día siguiente... Estuvo evitandome por varios días hasta que volvió a pasar y esta vez mucho más completo, sin tanta vuelta y con mejores posiciones...
Me ha encantado, he disfrutado mucho, he sentido que se me abre el corazon y la sexualidad con un masajista buenorro que sabe lo que hace para dar placer, mmmm
ResponderEliminarMe alegra que disfrutes de mis contenidos. Abrazo!
ResponderEliminar😍😍😍😥
ResponderEliminar