martes, 1 de mayo de 2018

"relatos de adolescentes" por Anónimo

Esta es la historia de un chico hetero que terminó enredado con un chico gay (yo). Este chico al que llamaremos Orlando, de 17 años, era muy amigo mio y con el cual teníamos una relación muy cercana, pero lo que él no sabía es que desde hace mucho me gustaba y tenía muchas ganas de estar con él.
Él y yo solíamos bañarnos juntos en represas cercanas junto con otros chicos, pero nada fuera de lo común, solo molestar. Sin embargo, yo muy mirón apreciaba sus atributos disimuladamente con ganas de tocarlo. Aún recuerdo la primera vez que se lo vi, era pequeño comparado con las que he visto ahora, pero se veía muy grueso y muy estilizado ya que a sus 17 años ya tenía circuncisión, lo cual me hacía desear aún más ese teterito. Una vez que nos estábamos cambiando se me paró la verga al verlo desnudo, no me pude contener. Orlando se dio cuenta pero no le prestó mucha atención, seguro porque pensó que era algo normal a nuestra edad, así que sólo se echó a reír. 

Pasaron dos años en los cuales sólo lo miraba cuando nos bañábamos juntos en ropa interior, pero no me atrevía  a decir nada puesto no quería que nuestra amistad se acabara  en caso que me rechazara.

Una vez en una de esas fiestas a las que los adolescentes como yo (14 años en ese entonces) solíamos ir, me quedé a dormir en casa de mi Orlando. Dormíamos los dos en una colchoneta y en esa ocasión me atreví a tocarlo por primera vez. Confieso que tenía mucho miedo de lo que pudiera pasar, pero estaba muy arrecho, así que empecé a palpar su pene por encima de sus Jeans, ya que como habíamos llegado trasnochados nos dormimos así como estábamos vestidos. Lo tocaba y me hacía el dormido por si se despertaba, así hice en repetidas ocasiones hasta que me rendí y preferí dejarlo para otra ocasión. 

Pasaron días o semanas, ya casi no recuerdo, pero era una de esas noches sin luz en las que no había más nada qué hacer que echar cuentos y mamar gallo. Estábamos Orlando, otros dos amigos y yo en el carro de su papá que estaba en el garaje de su casa jodiendo, molestando hasta decir no más. Cosas de pelaos. Orlando  estaba en el puesto del pasajero de adelante (copiloto)  y yo en el puesto derecho de atrás, es decir detrás de él. En una de esas Orlando sacó su verga nombrando a las chicas del barrio alardeando que eso que estaba mostrando era para ellas. Todos nos reíamos pues él siempre era muy cómico y vulgar al mismo tiempo. Él me miraba e intentaba tomar mi brazo por detrás de la silla para que yo se lo tocara, fue cuando me di cuenta que él sabía lo que yo había hecho la otra noche. 

En una de esas uno de nuestros amigos salió del carro y al rato el otro. De esa forma quedamos solos mi bombón y yo. Él de inmediato dijo que tenía sueño y que se iba a dormir, así que inclinó la silla hacia abajo y se recostó dormido. Yo entendí lo que él quería que yo hiciera, así que proseguí a hacerlo. Empecé a tocar su verga por encima de su pantaloneta, la cual ya estaba dura y a medio lado. Empecé a acariciarla, darle besitos y morderla por encima de la pantaloneta mientras él "dormía" (cree que no me di cuenta que fingía). La tocaba y me erguía de nuevo para ver que no viniera nadie.  Proseguí al siguiente paso, la saqué! Al fin la pude tocar con mis manos. Fue el momento  más excitante y erótico que había tenido hasta ese momento de mi vida. Tocaba esa verga dura y un poco torcida al tiempo que le hacía la paja suavemente, la observaba muy bien pues era la primera vez que tenía una en mis manos y tenía la curiosidad de conocerla y palparla. 

Luego proseguí a tocar sus huevos y a acariciarlo por todos lados para que se sintiera más arrecho, chupaba sus tetillas y acariciaba su pecho al tiempo que tocaba su verga bien parada lista para una buena paja. No quise besarle porque no quería despertarlo de ese aparente sueño. Entonces me atreví a lo tan esperado,  empecé a chupar la cabeza muy suavemente. Primero sólo con mi lengua y luego la sostenía con mis dos labios. Así hice durante un rato hasta que por fin me la metí toda dentro de la boca y empecé a chupar de arriba hacia abajo haciéndolo lo más suave que podía para no despertarlo. Cuando me la sacaba me quedaba un rato saboreando y disfrutando de mi primera chupada. Volvía a metermela toda y la sacaba enseguida de mi boca toda mojada. Imité este ejercicio por un rato hasta que sentí como su verga vibraba y no entendía porqué, pero se sentía rico. Unos gemidos suaves se le escaparon a él mientras se la estaba chupando, yo sentía la vibración de su verga y su abdomen algo agitado, el empezó a hacer fuerza con sus piernas, yo seguía chupando y algo me llevó a hacerlo más fuerte y más rápido hasta que escuché el ruido de alguien y mi amigo se despertó. Paramos todo sin haber terminado.  Los dos salimos del carro como si nada (creo que del susto la verga se le bajó de ipso facto)  nos encontramos con nuestros amigos y nos fuimos a jugar.  Tiempo después entendí que las vibraciones de su verga se debían a sus ganas de eyacular. En un próximo relato les cuento lo que empezó a suceder en las noches siguientes. 

ANONIMO



  

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