Johnnie Johnnie es el chico más joven que me he almorzado, la historia que les voy a contar fue el año pasado, cuando él aparentemente acaba de cumplir los 17. Un muñequito que acababa de terminar el colegio y hacía un curso de diseño gráfico o publicidad en el sena. Con lo de muñeco me refiero a su diminuto cuerpo ya que es delgado sin verse mal, y de baja estatura, unos estimados 1,58 cms.
Llevábamos hablando ya hacía casi año y medio desde que él tenía 15 años según me decía, todo un bebesito que aunque me daban ganas de romperle el culo, también me daba temor por los líos legales y por hacerle daño a ese botoncito apretado que me mostraba cuando nos hacíamos aquellas inolvidables pajas virtuales. Además, de su misma negativa porque nunca antes había sido penetrado y escasamente había tenido sexo, por lo que siempre me decía que no estaba seguro de dejarsela hundir. Nos conocimos por aquella página o web social para "cazar hombres" y demoramos hablando por un largo rato, no siempre de temas eróticos pero siempre éstos primaban. Nos perdíamos por semanas y alguna otra noche nos volvíamos a ver.
Después de un muy largo tiempo y de mis continuas insinuaciones para que me dejara hacerle rico por atrás aceptó probar, pero porque le dije que no se preocupara que no lo iba a penetrar si él no quería. Esa noche me comentó que andaba estresado porque tenía muchas cosas que hacer y la semana había sido muy pesada, era un Jueves. Le dije que nos viéramos al día siguiente y le ofrecí un masaje para quitarle el cansancio y estrés. "te va a gustar" le dije. Fue enfático con aquello de que si estábamos en el acto y le dolía cuando se la estuviera enterrando pararíamos y no lo obligaría. Siempre me decía "te quiero chupar esa verga" "tragarmela como un bombombun" típico de los pelaítos cuando están aprendiendo a culiar. Así que le dije que si el quería solo me ordeñara con la boca y yo le hacía el masaje, pero que estuviera tranquilo que no lo iba a obligar si el no quería que lo penetrara.
Quedamos en encontrarnos después del medio día. Llegué casi que puntual, sin embargo él aun estaba ocupado con algo que tenía pendiente con los compañeros. Nos encontramos cerca al Inca y ese día descubrí que no estudiaba donde en realidad me había dicho. Sin embargo, eso no me importaba porque lo que yo quería era fornicarmelo.
Finalmente apareció y nos encerramos en un motel cercano a su lugar de estudio. Estando allá me di cuenta que se veía más pelaíto que por cam. Parecía un muñequito de televisión por su carita de niño con una maldad juguetona. Nos dimos un par de besos, pero a lo que más me dediqué en ese momento fue a apretar su cuerpo contra el mio para que sintiera mis ganas de él en tanto se la arrecostaba, le acariciaba las nalgas sobre el pantalón, le metía las manos en las nalgas y se las acariciaba; le cogía el culo fuerte para que empezara a desear lo que yo sabía que él quería. Mientras nos besábamos por todas partes con ropa todavía le dije que se veía menor de 17 años, incluso más joven que por cámara. "¿cuántos años me pones?" me preguntó; "como 13" le dije y los dos sonreímos, "en realidad tengo 15" respondió y yo me quedé en silencio por un instante. Era la primera vez que estaba encerrado en un motel con un niño que acababa de cumplir 15 años. Unas tres semanas atrás había visto la notificación en Skype de que estaba de cumpleaños y hasta lo había felicitado. Me contó que desde que nos habíamos conocido me mintió ya que siempre lo rechazaban por su edad porque nadie quería involucrarse con un menor de edad y menos si era menor de 14 años. No obstante, a mi siempre me había excitado la idea de culiarme a uno cómo él; aún así, me había cohibido de hacerlo con otros que conocía por los temores ya antes descritos. Me volvió a besar con picardía diciendome "ya no me la quieres hundir como dices tú" y me apretó la verga suavemente.
Me arreché mucho más sabiendo que me iba a almorzar un pollito fresco y entonces la verga se me puso en modo recargado, lo apreté por la cintura y le di la vuelta, le bajé el pantalón y vi su bóxer, comprobé que en realidad si era un niño. No se lo bajé si no con mi verga como estaba y con el jeans todavía puesto se la arrecostaba mientras le besaba el cuello y el retorcía el cuerpo de la cintura para arriba. Le dije que como él era un niño tenía que tomarse el tetero así que se arrodillara; me daba algo de risa ver su expresión de quererme complacer, pero se veía su inocencia en las cosas que hacía y decía, cual si siguiera el libreto de una novela o algo visto en alguna película porno. Pero al mismo tiempo me daban muchas ganas de quitarle toda esa inocencia y así el morbo me ponía a mil. Me saqué la verga por la corredera todavía sin quitarme el jeans y lo dejé que chupara su bombombum como él quería. Lo agarraba con una mano y con la otra me tocaba el abdomen, me ponía una cara de mujer que seguía causándome mucha gracia, pero morbo al mismo tiempo. La chupaba muy bien para ser su primera vez porque según me había contado antes había morboseado unas cuatro veces antes, pero el como activo.
Seguía chupandome la verga como un dulce inocente y suavemente, pero para quitarle esa caricatura de cara de puta que ponía lo agarré por la cabeza y le daba cachetadas suaves que alcancé a darme cuenta que lo asustaron, lo cogí por el cabello y le dije que se la tragara toda. Tenía muchas ganas de hacerle maldades y ya me había dado la inspiración que necesitaba. Lo hice que se la tragara pero se ahogo inmediatamente, nada comparado con los ya experimentados. Sin embargo, son dos cosas totalmente distintas y AMBAS placenteras, a los inexpertos también se les disfruta bastante, especialmente cuando tú llevas el control. Me miraba con ojos llorosos después que se la metí a la fuerza hasta la garganta y que me había apoyado sobre su cabeza para hundirsela toda, lo seguía poniendo a chupar y le decía "¿no querías chupar?" "bueno aquí tienes lo que querías" y él solo me miraba seguía haciendo el curso de "como aguantar una verga en la garganta por más de un segundo". Me quité el jeans y el resto de la ropa. Lo abracé él aun con su bóxer y se la sobaba por todas partes.
"se te está olvidando mi masaje" "¿no te acuerdas?" me dijo, le respondí diciéndole que por eso nos estábamos desnudando.
Busqué lo que había traído para el masaje y le dije que se acostara boca abajo "sin el bóxer" le dije, me di cuenta que sentía pena de dejarme verlo sin nada de ropa. Cuando se lo quitó y se acostó boca abajo pude ver el color de su cuerpo todo uniforme, sus piernas algo velludas y hasta parte de su pelvis, del mismo modo su culo. De la cintura para abajo cubierto de vellos finos que me llamaron mucho la atención, su culo se veía tiernecito, para ser delgado tenía una colita pronunciada y abdomen marcado por la delgadez natural de su fisionomía. Mi verga seguía dura y con ganas de más chupadas, así que mientras preparaba mis manos para empezar el masaje, le dije que me regalara unas chupaditas para que la verga se sintiera consentida.
Me ubiqué en su espalda para empezar el masaje. Mi pelvis y más exactamente mi verga quedó en su culo calientico y suavecito, En realidad todo su cuerpo era suave, hasta su cabello. Con las manos empatadas de un aceite especial que usaba para dar estos masajes empecé a pasarle el dedo índice desde el cuello hasta la cintura por toda la columna vertebral. Su cuerpo reaccionaba con movimientos senso-motores. Luego le pasé la mano derecha con los dedos separados por toda la parte trasera del cuello, empezando desde la parte del cabello hasta llegar a la espalda, bajé por los hombros y ahí hacía movimientos circulares. Hasta entonces sólo había utilizado una mano. Volví al cuello y en esta ocasión lo cubrí todo con la misma mano derecha y lo apretaba sobandolo, masajeandolo. Empecé a utilizar las dos manos extendiéndolas todas por la espalda, con los dedos abiertos y húmedos, las bajaba hasta llegar al inicio de su gloria. Volvía a los hombros y deslizaba las manos por el dorso hasta llegar a las partes laterales de la cintura donde termina la espalda, su cuerpo reaccionaba continuamente a mis manos, al aceite y a mis movimientos. Se inclinó un poco para acomodar su verga que al parecer ya había crecido.
Seguí con los masajes por los hombros, la espalda, le apretaba suavemente la cintura y hacía movimientos circulares con mis dedos pulgares en la parte de atrás de su cintura y con los dedos índices y corazones en su pelvis en la parte de los oblicuos. Cuando hacía énfasis en la parte delantera se retorcía y gemía un poco moderadamente. Seguí bajando y empecé a masajearle las nalgas, pero antes, cogí un poco de aceite y le formé un camino desde su cuello hasta la división de las nalgas aplicándole de forma directa el aceite. Se cuerpo se movía con una quietud placentera. Tomé las dos nalgas masajeandolas y apretándolas. Dejé que mis dedos se fueran deslizando por la división que estaba mojada cual si estuvieran excitadas. Toqué su botón con uno de mis dedos pulgares, lo dejé que se siguiera deslizando y sentí la boquita del culo suavecita, cerradita, con ganas de ser abierta. Él seguía moviendo su cuerpo con placidez. Continué estimulándole el culo para que se le dilatara ya que estaba muy cerrado y apretado. Sabía que si intentaba metersela así lo iba a maltratar y por consiguiente a espantar, por lo que decidí seguir dandole dedito suave al tiempo que le continuaba masajeando el resto del cuerpo. Hacía movimientos que iban desde el inicio de la espalda hasta su culo en aras de distraer su miedo al tiempo que lo estimulaba. Cuando lo sentía tranquilo me centraba en su culo solo nuevamente y con el dedo corazón empapado de aceite le hacía movimientos circulares como tratando de abrir algo muy elocuentemente. Alternaba los dedos para que el sintiera el cambio de tamaños y así estimular su hambre de algo más grande. Con el dedo meñique jugué por un ratico, pero me daba cuenta que no le agradaba mucho, tanto así que cuando intenté introducirlo sentí que lo rechazó apretando el culo. Volví al pulgar y mientras le masajeaba las nalgas jugaba con el dedo y el botón. Continué con el dedo vulgar de los cinco y después de darle y darle por fin, contrario a lo que pasó con el meñique, se lo dejó hundir plácidamente. Fue una gloria sentir como ese dedo se fue perdiendo todo y él solo se movía y gemía con tranquilidad.
Con el dedo corazón adentro, se lo giraba, trataba de introducirlo más y luego lo sacaba un poco, le cambiaba de posición hasta que lo saqué y me acosté sobre él así empatado como estaba de aceite, le besé el cuello, levanté su cabeza tomándolo por el pelo y le arrecosté mi verga, que estaba tomando posición firme otra vez, en todo su culo. Me deslizaba sobre él con mis piernas sobre las suyas, mis manos controlando todo y mi verga ya en su punto preferido. Me levanté a continuar con los masajes, pero ésta vez con mi pene; se lo pasé por toda su espalda y al llegar a la mitad se lo sobé cual si estuviera haciendo una paja rusa pero en la espalda. Le di golpecitos con el y le pregunté que si le gustaba, me respondió asintiendo. Volví a sus nalgas y pasé la cabeza de mi verga por su culito que ya no estaba tan apretado. Se lo deslicé cogiéndolo con la mano durante varios minutos. Volví a jugar con el dedo corazón y lo volví a meter, estaba preparando el espacio para que mi verga pudiera entrar sin rechazo alguno. Continué jugando a deslizar la verga sobando la boquita del culo guíada por una de mis manos mientras que la otra se encargaba de abrirles el espacio.
Alcancé un preservativo que había puesto debajo de la almohada cuando saqué lo que iba a "necesitar" para el masaje. Me lo puse y empecé a sobarle su botoncito otra vez, apliqué lubricante y volví a jugar a la "brocha". Incluso, para aplicarle lubricante en el culo, volví a enterrarle el dedo corazón, pero esta vez lo acompañé con el dedo matrimonial. No tardé mucho haciendo esto porque ya quería metersela toda, que me sintiera en sus entrañas. Puse la cabeza de la verga en su culo y la fui metiendo poco a poco, él seguía boca abajo y cuando yo empecé lo mio pude ver como levantó su espalda, así que lo abracé con mi brazo derecho cubriendo sus brazos y pecho mientras mi verga iba abriéndose camino en su estrecho lugar. Fui muy cuidadoso hasta que mi pene hubiera al menos alcanzado cierta distancia de ventaja, una vez ahí nadie lo iba a poder sacar. Cuando ya había entrado más de la mitad aumenté el pasó porque sentí que el intentaba zafarse, lo noté cuando llegando a la mitad de la verga su cuerpo empezó a girarse más y sus brazos se apoyaban más en la cama, ya no se veía tan tranquilo. Pero no iba a dejar que me expulsara así sin haber dado la batalla. Así que lo apreté más fuerte y continué, él gritó con un desespero controlado y procuraba evitarme que me siguiera moviendo "quedate quieto, quedate quieto" repitió. Sin embargo, se lo introduje todo y volvió a gritar sin mayores ganas. "Me está doliendo, no sigas" me dijo, pero yo continué moviendome, intentaba levantarse pero no para que yo saliera, sino para que disminuyera el ritmo. rápido no, suave" continuaba diciendo, y entre más me pedía clemencia, menos la encontraba porque yo continuaba moviéndome fuerte y para tener más control sobre él lo sostenía sobre la cintura donde acaba la espalda. Me movía como si me estuviera culiando a alguien que me pide que no pare y él se quejaba pero ahora con un mínimo de placer manifestado, podía ver que seguía doliendole un poco. Cuando vi que ya el culo estaba un poco más suelto me incliné sobre él y con ambos brazos lo abracé mientras me seguía comiendo ese culo que ya estaba totalmente entregado a mi. Su cara cambió y noté como gemía de placer puro, si señor, le salía natural, aquí no estaba jugando como cuando empezó a chupar que se creía Pamela Anderson en sus mejores tiempos, esta cara era de placer y me motivaba a darle duro, más duro, al punto que mi rostro cambió, con particularidades en mis ojos y boca. Mientras que le estaba dando con tantas ganas sentí como su cuerpo vibró. "me estoy llegando" me dijo. Avancé en mi ritmo y logré terminar al ratico después de él. Cuando aterricé seguí moviendosela suavemente a pesar que con sus manos me quería evitar. Se vino, estando boca abajo y sin tocarse, me dijo que lo había violado pero que le había gustado. "ya no soy virgen a mis 15" comentó.
Nos enjuagamos, hablamos un rato y después se la volví a meter sin juegos, sin engaños y sin MASAJE.
Uffff q historia llena de morbo. Sígueme en twt pa hacerte una propuesta. @aleshot
ResponderEliminarMe agrada que te gusten mis contenidos. Abrazo rosador de verga.
ResponderEliminar😍😍😍👏👏👏
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