Nos conocimos un viernes después de llevar como mes y medio hablando por la App esa de color amarillo particular. Había ambiente de rumba en la ciudad, pero yo lo que quería era otro ambiente entre mis piernas. Salí de mi casa con el firme propósito de convencerlo y culiarmelo ese mismo día y digo esto ya que según su conversación solo quería conocer y luego si con el tiempo algo más. Incluso cuando lo recogí en aquel supermercado cerca de mi casa y vi su carita algo inocente me dieron ganas de desistir de mis deseos de ponerlo a chupar a la primera. En realidad me enterneció, pero esa misma carita despertó en mí el morbo del que ya ustedes han sido testigos.
Hablamos un rato, me contó que trabajaba en Homecenter y dimos vuelta en mi carro por la ciudad. Le agarré la mano y le hice sentir lo rico de su compañía. Tanto que el mismo se dio cuenta de la reacción entre mis piernas y me preguntó que por qué estaba así? - le respondí que era normal por la situación y lo arrecho que yo era, pero que no se preocupara porque a nada lo iba obligar. Cuando le dije eso vi que su cara aunque todavía inocente se fue poniendo un poco traviesa y no dejaba de mirarme ya que se notaba bastante pues yo no me había puesto ropa interior y estaba en un short.
El nené no se quedó quieto y volvió a tocar el tema mirando aquel bulto que ya le había empezado a pervertir. -y es que se te ve bastante, se ve más grande que las fotos que me enviaste, debes estar bastante arrecho-me decía y se reía- en ese momento me dí cuenta que este lo que quería era pegarse a mamar como cachorro hambriento. Sin embargo, lo quería poner a desearlo más, así que solo le decía -si, estoy full arrecho, la cabeza de la mondá ya se me está mojando toda- y restregaba la verga sobre el short y se notó lo mojado que estaba. Su respuesta fue tan sexual que la verga me palpitó aun más (un suspiro acompañado de un WOW de sorpresa) - ¿qué? ¿te gusta?- le pregunté. -dan ganas de agarrarla- me contestó. Inmediatamente repliqué -ven sacala y pégate que yo sé que la quieres chupar- Él, muy decidido, bajó la corredera, abrió el short y dejó que la cabeza de mi verga se asomara cual ojos llorosos por lo mojada que estaba. YO pensé (teniendo en cuenta lo inexperto que parecía) ahora la limpia antes de metersela en la boca, pero NO, no lo hizo. En cuanto la sacó del short la cogió como cuando quieres ahorcar a alguien, y así mojada y sin titubear se la metió en la boca de un solo como queriendo comérsela antes que alguien más le pidiera un pedacito. YO me sentí en la gloria. Si hay algo que amo es que se la metan así mojada y que se la traguen sin peros.
Él seguía mamando la cabeza y a veces llegaba hasta el tronco, pero no daba para tragársela toda. Mientras, yo manejaba por toda la Vía 40 a eso de las 9.30 de la noche y disfrutando de esa boca tibia y lengua juguetona. Cuando vi que ya se estaba sintiendo en su zona de confort chupando con más ganas, le empujé toda la verga hasta el fondo y él se ahogaba. Lo dejé descansar y así hasta que volví a empujarlo, pero esta vez después de varios empujones, sostuve su cabeza para que no la sacara enseguida. Él intentaba, pero no podía hasta que yo lo liberaba y el sollozaba. Le pregunté -te gusta, ¿verdad?, era lo que tú querías, ¿no?- y el sólo con los ojos cristalizados asentía con la cabeza. -Sigue chupando más- le dije y él chico solo obedecía mojándome la verga con su boca.
Para ese momento ya yo estaba de vuelta a casa y en menos de nada ya había llegado. No sé si fue porque iba entretenido mientras me la chupaba, pero el camino fue muy corto. Llegamos y le dije que lo iba a levantar a verga y él me quedó mirando de una forma que en ese momento no comprendía. Entramos, y de una me bajé el short y con la verga medio erecta se la volví a meter toda en la boca pero está vez hasta la garganta y ya sin contemplaciones. Literalmente, le estaba penetrando la boca. Él arrodillado. Yo de pie frente a él. Con mis manos en cada lado de su cabeza y con mi verga entrando y saliendo de su boca hasta la garganta con movimientos de culeo suaves y fuertes. Él lagrimeaba, y en una de esas no aguantó y casi ahogándose me hizo parar mientras se reponía respirando agitado. Lo levanté, le quité la ropa con desespero, y lo puse en 4. Ya listo con mi látex, le puse gel en el culito que se veía cerrado, mientras me agarraba mi verga, le di por el culo con el dedo lleno de gel y él empezó a gemir. Logré meter un dedo solamente, pero lo hice con ganas y ese culo ya estaba disfrutando. Puse la cabeza de la trola en su culito e intenté metersela, sin embargo estaba muy apretado y cuando procuré enterrarsela, él lo apretó y no me dejó entrar, y entonces me dijo que le dolía porque solo lo había hecho unas dos veces y ya había sido como 8 meses atrás. Adivinen quién se emocionó más!!!! le dije que no se preocupara que solo lo iba a puntear, pero replicó que en otra posición que le doliera menos. Intentamos el pollo asado que tanto me gusta, de ladito, y hasta él sentándose en mi verga, que poco me gusta. Y en todas fracasé. Pues cuando él sentía que la cabeza iba abriendo paso, se libraba de mí y no me dejaba seguir.
Decidí entonces ponerlo boca abajo, él paró el culo y ahí empecé. Le puse la cabeza de la verga en el culo, pero antes me unté de mucho gel y le metí dos dedos a lo que él se retorcía. Luego, puse mis piernas sobre las suyas y fui empujando mi verga hacia dentro y él se movía como queriéndose librar de mi. YO le besaba la espalda y suavemente lo acariciaba por las nalgas. Él gemía como mujer, apretando y mordiendo la almohada. Yo sentía como mi pene iba entrando en ese culito estrecho y peludito, y literalmente sentía como el tronco de mi aparato iba pasando suavemente por las paredes de ese ano. El chicuelo seguía gimiendo como perrito e intentaba moverse, pero yo no lo dejaba. Pude sentir como mi verga entró toda en ese culo y le dije -ya está, ya la tienes toda adentro, ¿la sientes?- él respiraba, gemía más suave. y me preguntó -¿te gusta? ¿lo estás disfrutando?- yo le respondí con un suspiro sacando y metiendo parte de mi verga suavemente. Le hice suave por un ratico. Y más tarde, hice cual se la fuera a sacar y se la volví a meter duro, fuerte, que él sintiera que estaba culiando.
De nuevo los gemidos de hembra pariendo, su respiración agitada y mientras él mordía la almohada y yo le rompía el orto descubrí lagrimas saliendo de sus ojos, sus gemidos eran ahora más fuertes cual llanto, pero no me paraba, no me pedía que lo dejara, no me interrumpía y yo excitado hasta las bolas le daba más duro, se la sacaba toda y la regresaba con fuerza y él gemía en seco. Ya para aterrizar le dí tan duro que mis huevos pegaban en su culo. Y sus gemidos ya no eran gemidos si no un llanto sexual que hasta la fecha nadie me había enseñado.Cuando estuve a punto de botarme lo apreté por el cuello y gemí tan fuerte como yo lo hago cuando convulsiono en mi aterrizaje.
Le mostré el condón lleno de leche, pero que estaba algo manchado de algo rojo, él me miraba algo avergonzado. Le dije -¿por qué llorabas tanto? Me respondió tímidamente -bobo- -llorón- le repliqué. Nos bañamos, le dí un besito y lo llevé a su casa porque al día siguiente tenía que ir a trabajar temprano a Homecenter.
Me toco toco hacerme un payaso leyendo esto... Que.bueno
ResponderEliminarMe erecte.. Jamas pense que un relato asi produjera tanto morbo
Eliminarufffff Yo me la paso parado mientras las escribo. Historias contadas con una gran erección.
EliminarEsa es la idea de los relatos, que uds puedan sentirse identificados con ellos y que puedan disfrutar un ratico que seguro los dejará bien relajados.
EliminarPajaso
ResponderEliminarQué rico. La paja siempre nos acompaña. Los invito a dejar sus cuentas de Skype para que otros lectores puedan agregarlos. PUeden especificar sus roles y demás. Saludos!
Eliminar😍😍😍
ResponderEliminarDisfrutalo
EliminarInteresante la vaina.
ResponderEliminarSiempre hay nuevas historias por contar y que rico que les gusten. Saludos!
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