sábado, 28 de marzo de 2015

Ganas Saciadas

Hace varios días que andaba con unas ganas de culiar con el fisioterapeuta, sí, aquel mismo de la chupada en el carro. Teníamos días sin hablar, ya que el sólo me habla cuando está con calentura. Quedó en venir a verme y así lo hizo, llegó a eso de las 8.40. Me encontró en pantaloneta y sin interior pues estaba lavando toda la ropa que tenía acumulada desde hacía dos semanas. Entramos a mi cuarto, me metió la mano en el bulto que ya estaba un poco pronunciado por el hecho de imaginar lo que le iba a hacer y mejor aún cómo lo plasmaría aquí una vez terminada la acción.
Me sobó la verga y me miraba con cara de perverso, él es muy arrecho y eso me gusta, es ese tipo de pasivos dispuestos a todo, a dejar a hacerse cuanto tú le quieras hacer, tipo perras como precisamente lo llamo y él por supuesto lo aprueba por placer propio.
Cuando me echó mano me que dijo que ya estaba poniéndose dura y le dije que la terminara de parar, a lo que empezó haciéndole movimientos semicirculares apretándola un poco. Intentó besarme pero lo rechacé con algo de disimulo y entonces me besó el cuello. Me besaba el mentón como tanto me gusta y él parecía saberlo con mucha claridad, yo empecé a besarle en la boca, restregué mis labios en los suyos y se los mordía a raticos muy suavemente; lo miraba a los ojos y lo volvía a besar demostrándole no solo deseo sino ganas de nunca acabar ese momento de compenetración. Le besé el cuello como quien se come un helado con muchas ganas; le di la vuelta a su cuerpo y me comí su espalda haciéndole incluso un par de "kikis" como los llamo yo, o mejor aún "chupones" como los conocen ustedes. El gemía de placer por cuanto yo le hacía a su cuerpo, y es que no era solamente lo que pasaba con nuestras bocas y parte superior del cuerpo, sino además la templanza de mi verga restregada por su culo, su cintura y hasta su misma verga que hasta este punto ya estaba a la par de la mía.
Lo abracé fuertemente cubriendo su cintura y torso con mis brazos y apretándolo hacia mi para que sintiera mucho más que mi arrechera, mi aliento y respiración. Y así lo sentía, lo noté cuando empezó a respirar un poco más acelerado que me dejó olfatear sus olores de vida que hasta entonces iban cambiando con la desnudez de nuestros cuerpos. Lo hice que me chupara las tetillas y de paso que se perdiera en mis axilas, uff que sensación tan perversamente única es esa de restregar tus olores del día sobre la cara de un pasivo listo para ser dominado. Se que le encantan esos olores, así que siguió chupándome el pecho y abdomen; yo le chupé las tetillas y el me apretaba la verga, la cabeza y me abrazaba fuerte también. Lo hice arrodillarse y restregué mi verga aun con la pantaloneta sobre su cara, él la mordía, la agarraba y me miraba, la hacía cambiar de posición de un lado a otro hasta que de tanto moverla la verga se asomó por la parte superior de la pantaloneta y él no esperó para pasarle la lengua sobre la cabeza muy húmeda y con ganas de reventarse. Le dije: "sacala y te la tragas toda" pero el seguía jugando con ella mordiéndola y pasando la lengua sobre la pantaloneta. Finalmente, metió la mano y sacó la verga de un lado para meterla en otro. Se la llevó hasta lo más profundo de su garganta sabiendo claramente que eso me pone más que arrecho en un estado de perversión sexual; sentí ese impulso de culiarme su boca  y eso hice, empecé a moverme cual me estuviera culiando a alguien, me le culié la boca hasta la garganta, le metía la verga hasta el fondo y sentía con placer como él me rechazaba cuando ya no podía más, cuando ya no aguantaba y entonces luchábamos, él por querer salir y yo a no dejarme sacar. Era un meter y sacar la verga a raticos, yo mismo le decía "tragatela toda!" "cuidado con los dientes" pero en esa posición es un poco incomodo, así que se puso de pie y nos metimos a la cama.  Allí, me quedé de pie y el acostado, jugamos a lo mismo, sin embargo no me podía demorar mucho con la verga en su garganta porque seguía siendo incomodo. Me puse sobre su pecho dejando toda mi pelvis en su cara y luego voltié de tal forma que los huevos le quedaran casi en sus ojos y así SÍ que fue fácil culiarme esa garganta como tanto me gusta, Metía y sacaba mi verga hasta el fondo; él seguía rechazándome, pero en la posición en la que estábamos era más fácil para mi controlarlo, así que no lo dejaba moverse hasta que él, ya obligado por la necesidad de respirar, se soltaba y se liberaba de mi. Lo agarraba por las manos para que no pudiera empujarme y me decía que lo soltara, al tiempo que continuábamos en nuestro juego de culeo. Empecé a tantear su culo y mientras penetraba con ganas su boca le metí un dedo, dos, hasta que pude introducir los cuatro. Un culo elástico que se abría ante la bondad de mis dedos poco misericordiosos. A él le encantaba como me encargaba por un lado de su boca y por otro de su culo, gimió varias veces con unas ganas que ni yo mismo le conocía hasta ahora, fuerte y cual quisiera aún más. En una de las tantas veces que se zafó de mi verga en su cavidad bucal me dijo con voz aturdida "me vas a estimular el nervio vago" y yo sin saber de lo que hablaba continué jugando con mis cuatro dedos en su culo que en ese momento parecía querer dos vergas entrando al mismo tiempo, era lo que sentía por la manera como mis dedos se perdían en ese orificio. Le dejé su culo y le golpeé la cara con mi verga, sus cachetes, su boca y después de tanto juego me dijo "meteme la verga pero suave". Suave? suave no era una opción para el estado en el que yo estaba, me ubiqué frente a él y lo abrí de piernas, y  con la cabeza de la verga un poco más grande de lo normal empecé a darle brocha en su culo suavecito, simulaba que se la iba a meter y el me sostenía por la pelvis, cogía mi verga y la restregaba por toda esa parte que estaba muy mojada, se deslizaba fácilmente, pero yo la hacía volver al botón donde me tocaba frenarme para no hundirsela de un todo. Me cubrí la verga de látex y se la puse en el culo, ahora si lista para entrar a la cueva que desde hace rato esperaba su visita interna. Me miró y me volvió a decir lo que dicen casi todos "suave" y sosteniéndole la mirada se la fui metiendo suave cómo el quería hasta que entró la mitad. Él me miraba concentrado con la boca semi-abierta. Cuándo vi que ya estaba confiado se la terminé de meter toda todita toda de un solo impulso (de todas las cosas que he escrito ahora, ésta es la que más me arrecha al recordarlo) él se movió un poco al sentirla perdida en su culo pero yo seguía manteniendo el control, entonces me moví adentro, afuera, circular, hacia abajo, hacia arriba, de todas las formas posibles para generarle placer así como yo lo sentía. Él me cogía por la cintura como evitando que me fuera, mientras que yo seguía en mi terapia intensiva de "movimientos culiatorios".  LO CAMBIÉ de posición, lo puse de lado y sostenía su pierna derecha arriba para que la verga entrara y saliera con facilidad; en esta posición me queda fácil sacar bastante la verga y luego introducirla toda de un solo tirón de abajo hacia arriba. LO VOLVÍ a cambiar de lado, esta vez boca abajo y ahí mi cuerpo reposó todo sobre el de él y yo seguía dándole MONDA como a él tanto le gusta, cogí sus brazos y los acomodé en su espalda y se los agarré para que no tuviera como apoyarse en tanto yo continuaba comiéndome su culo. HICIMOS otro par de posiciones ligeras por lo que no meritan descripción para finalmente volver a mi favorita, boca arriba, Le metía la verga y se la sacaba, le daba golpecitos para prolongar un poco el acto pues ya estaba a puertas de aterrizar. CONTINUÉ DÁNDOLE DURO hasta escuchar el sonido de mis huevos sobre su culo, le apretaba las tetillas, lo cogía por la boca, lo besé un poco mientras mi cuerpo estaba todo sobre su pecho y abdomen, le daba palmadas por las piernas HASTA QUE le dije que estaba pronto a llegar así que el se masturbó más fuerte y SEGUIDAMENTE, mi cuerpo se sacudió gimiendo un poco al aterrizar, el logró hacer lo mismo y nuestras GANAS quedaron SACIADAS.

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